martes, 23 de octubre de 2007

Calida vida en fria mañana.

Mientras que el otoño entra y pelea con el verano, las frias lluvias nos sorprenden por la noche. Nos volvemos rehenes de frias mañanas que nos obligan a desempolvar los abrigos y desenrrollar las bufandas. El nublado cielo nos hace recordar agradable del sol qeu otros días repelamos por su sensación en la piel.

Caminando hasta el carro damos saltos para evadir los charcos que como campos minados se encuentran siempre donde te estaciones, o en la banqueta que camines. Los vidrios arriba y la musica bajita sustituye los estruendos que con aire de gala siempre obligan a subir la ventanilla ajena.

Pero el frio no se lleva en en las manos, los pies o el cuerpo... El frio se lleva en el alma y el corazón. Distando mucho de la química corporal el combustible verdadero del alma y el corazón es el AMOR... ¿Sencillo no? Pues para aquellos que pasan frio no lo es, y es que esas cuatro letras son todo y nada. Son tu felicidad y complejidad. Son palabras que a su vez son un todo que de manera eterea se escabulle de nosotros, frente a nuestros ojos.

Mis otros invernales serán primaveras veraniegas ahora. Y es que teniéndola sentada frente a mí, a media luz con ese cabello que tanto dusto de consentir... La veo y todo se vuelve calido, tibio, tranquilo, hermoso... Mi mirada la recorre todos los días con fascinación, mis manos descubren su belleza y mis labios su dulcura... Amor... amor de mi vida. ¿Otoño? ¿Invierno? Que los vientos soplen y las hojas caigan, que el frio llegue junto con la nieve... que en nustra alma, nustro corazón solo habrá primavera veraniega.

TE AMO LIZ.